Los científicos han esperado y teorizado durante mucho tiempo que el tipo de estrella más común de nuestro universo, llamada enana M, podría albergar planetas cercanos con atmósferas potencialmente ricas en carbono y perfectas para la creación de vida. Pero en un nuevo estudio sobre un mundo que órbita alrededor de una enana M a 66 años luz de la Tierra, los investigadores no encontraron ningún indicio de que dicho planeta pudiera mantener una atmósfera.
Las enanas rojas tienden a ser magnéticamente activas y entran en erupción con intensas llamaradas que podrían despojar a un planeta cercano de su atmósfera con el tiempo, o hacer que la superficie sea inhóspita.
Sin una atmósfera rica en carbono, es improbable que un planeta pueda albergar seres vivos. Después de todo, las moléculas de carbono se consideran los componentes básicos de la vida. Las estrellas enanas M son conocidas por su volatilidad, ya que emiten llamaradas solares y hacen llover radiación sobre los cuerpos celestes cercanos.
Sin embargo, durante años se ha tenido la esperanza de que los planetas bastante grandes que orbitan cerca de las enanas M pudieran estar en un entorno favorable, lo suficientemente cerca de su pequeña estrella como para mantenerse calientes y lo suficientemente grandes como para aferrarse a su atmósfera.
Un fenómeno similar ocurre en nuestro sistema solar: la atmósfera de la Tierra también se deteriora a causa de los estallidos de su estrella cercana, el Sol. La diferencia es que la Tierra tiene suficiente actividad volcánica y otra actividad emisora de gases para sustituir la pérdida atmosférica y hacerla apenas detectable, según la investigación.
