El número de militares en activo en el Gobierno de Nicolás Maduro va en aumento. La ONG Control Ciudadano ha publicado un estudio en el cual queda asentado que, con el nombramiento del coronel Pedro Tellechea como nuevo ministro de Petróleo, ya el 42% del Ejecutivo tiene presencia castrense, uno de los promedios más altos de América Latina.
En este momento, las carteras de Seguimiento y Gestión de Gobierno, Comercio, Relaciones Interiores, Defensa, Agricultura, Alimentación, Desarrollo Minero, Aguas, Servicios Penitenciarios, Vivienda, Transporte, Obras Públicas, Energía Eléctrica, y ahora Petróleo están conducidas por generales o coroneles de las Fuerzas Armadas, 10 de ellos retirados y cuatro en activo. Seis provienen del Ejército, tres de la Armada y dos de la aviación. En el Gobierno se ha impuesto la disciplina militar y el saludo marcial.
Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadano, afirma que “se está consolidando una élite militar con enorme poder político, que nunca se ha puesto las botas en cargos operacionales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ahondándose, además, la brecha entre aquellos efectivos que están en la cúspide, y aquellos que, siendo operacionales, pasan necesidades para mantener a sus familiares”.
La entrada masiva de funcionarios militares en activo al Gobierno ha sido un hábito instaurado desde 1999, en los comienzos de Hugo Chávez, a quien, con frecuencia, le gustaba lucir su uniforme de campaña y su boina calada en determinadas funciones, para gran irritación de sus opositores y críticos.
