Algunos hospitales de los estados de Texas y Florida (Estados Unidos) están a punto de quedarse sin camas para los enfermos de coronavirus, mientras que la Casa Blanca sigue sin delinear una estrategia nacional e insiste en que la «vasta mayoría de la gente» está a salvo.
Este lunes, los alcaldes de las ciudades texanas de San Antonio y Austin y el regidor del condado de Miami-Dade (Florida) avisaron de que los hospitales están al límite y se están acabando las camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
«El tiempo se agota ahora en términos de la capacidad de nuestros hospitales en San Antonio, al igual que en muchas de las otras grandes ciudades de Texas», dijo a la cadena CNN el alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg.
El político advirtió de que si los casos continúan creciendo al ritmo actual, a San Antonio «solo le queda una semana para quedarse sin camas de hospital y agotar la capacidad de las unidades de cuidados intensivos».