La muerte del pontífice y el inicio del cónclave desatan la especulación con tokens que registran subidas de hasta un 2.000%
Los traders no desaprovechan ni la más mínima oportunidad para sacar rédito económico, sin importar ni el qué, ni el quién, ni el cómo. La muerte del papa Francisco no iba a ser la excepción; de hecho, ha servido de detonante para una nueva fiebre especulativa. En cuestión de horas han surgido diversas memecoins vinculadas al pontífice y a los cardenales que podrían sucederle, que llegaron a registrar subidas de hasta un 2.000%. Activos digitales sin sustento real, impulsados por el humor, la viralidad y la especulación pura.
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco.” Las palabras del cardenal Kevin Joseph Farrell, a primera hora de la mañana de este lunes, marcaron el inicio del lanzamiento de una oleada de criptomonedas meme: se trata de activos digitales sin base tecnológica sólida, de creación casi instantánea y cuyo valor se dispara al calor de las redes sociales, guiados por las tendencias y el sentimiento de los usuarios. Solo durante las primeras 24 horas, los activos relacionados con el papa registraron subidas superiores al 500%.
Tras el funeral, previsto para el 26 de abril, los altos cargos de la Iglesia Católica Romana se reunirán en un cónclave papal para elegir al sucesor de Francisco I. En este contexto, una memecoin vinculada al cardenal Pietro Parolin —el favorito para el papado, con un 30% de probabilidades en el mercado de predicción Polymarket— se disparó más de un 2.000% a los pocos minutos del anuncio del fallecimiento del papa Francisco. Y no fue la única. El cardenal Luis Antonio Tagle, otro de los nombres con mayor proyección en El Vaticano, experimentó un aumento similar, al igual que una criptomoneda vinculada al cardenal Peter Turkson.
Los expertos califican este tipo de eventos “absurdos o mediáticos”, un reflejo extremo de cómo la especulación domina parte del mercado cripto. Así lo define Marta Rayaces, portavoz y experta fiscal de TaxDown, quien señala a CincoDías que este tipo de tokens rara vez tienen valor intrínseco o propósito alguno “más allá del humor o la viralidad” y, sin embargo llegan a “mover millones en cuestión de horas”.
“En estos casos, los inversores no compran un activo con la esperanza de participar en un proyecto sólido, sino que buscan entrar pronto en una narrativa absurda, viralizarla y salir con beneficios antes de que el castillo de naipes se derrumbe. El problema es que, por cada ganador, suele haber cientos de pequeños inversores que pierden lo invertido”, añade.
En esencia, ese es uno de los objetivos de las memecoins: lograr viralidad instantánea a través de las redes sociales y, así, recaudar la mayor cantidad posible de fondos. Javier Pastor, director de Formación de Bit2Me, explica que será interesante observar cómo reaccionan los distintos agentes implicados una vez se conozca el nombre del nuevo Papa. “Este es un caso de uso concreto que tienen las criptomonedas, pero con la madurez del mercado se comprende mejor a qué se exponen quienes invierten en estos lanzamientos, que aprovechan un entorno de popularidad masiva y alta exposición”, subraya.
En Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) indicó recientemente que muchas de estos tokens no se consideran valores, lo que las deja fuera de la supervisión directa del regulador. Esto crea un vacío legal preocupante, ya que, aunque muchas nacen como bromas, su impacto en la economía real sobre todo en los bolsillos de quienes acaban perdiendo dinero es muy tangible. “Europa, por su parte, está intentando establecer controles más estrictos a través del reglamento MiCA, que exige transparencia mínima y documentación técnica obligatoria. Aun así, muchas de estas memecoins esquivan los cauces formales y se difunden por canales alternativos», afirma Marta Rayaces. Un mercado que premia la viralidad por encima del valor, y donde la línea entre el chiste y el negocio es cada vez más difusa.
El mercado de apuestas papales
Tras el crecimiento masivo de las criptomonedas meme relacionadas con figuras de la Iglesia Católica, muchos inversores se han volcado en la plataforma Polymarket, un mercado descentralizado de predicciones donde los usuarios pueden apostar con tokens sobre el resultado de eventos. Su éxito fue evidente durante las elecciones estadounidenses y ha llevado a que se le cite con frecuencia como fuente para medir la opinión pública.
En la plataforma, los usuarios han abierto la apuesta “¿Quién será el próximo Papa?” donde, con criptomonedas, apuestan quién será el elegido por la Santa Sede como sucesor de Francisco I. Las tendencias sitúan a Pietro Parolin a la cabeza, con una probabilidad del 30%. Le sigue de cerca Luis Antonio Tagle, con un 24%.
La lista la completan Matteo Zuppi (12%), Peter Turkson (8%), Pierbattista Pizzaballa (6%), Péter Erdő (5%), Robert Sarah (5%), Raymond Burke (2%), Jean-Marc Aveline (2%), Mario Grech (2%), Fridolin Ambongo Besungu (1%), Wim Eijk (1%), Baldassare Reina (1%), Robert Francis Prévost (1%), Charles Maung Bo (1%) y José Tolentino Mendonça (1%). El total invertido en estas conjeturas supera ya los siete millones de dólares.
