Rusia sigue ampliando sus bases militares en la región ártica a pesar de las importantes pérdidas sufridas en su guerra contra Ucrania.
Muestran una serie de bases de radar y pistas de aterrizaje rusas sometidas a mejoras en el último año. Las imágenes no muestran un desarrollo espectacular, sino más bien el progreso continuo de fortificación y expansión de una zona que, según los analistas, es de vital importancia para la estrategia defensiva de Rusia, en un momento de gran presión sobre los recursos de Moscú.
Según Maxar, las imágenes muestran la continuación de los trabajos en las estaciones de radar de Olenegorsk, en la península de Kola, al noroeste de Rusia y de Vorkuta, al norte del círculo polar ártico. También parecen mostrar el avance de los trabajos para completar uno de los cinco sistemas de radar Rezonans-N en Ostrovnoy, un emplazamiento situado junto al mar de Barents, cerca de Noruega y Finlandia, al oeste de Rusia. Las autoridades rusas afirman que los Rezonans-N son capaces de detectar aviones y objetos furtivos.
Rusia lleva años reforzando sus defensas en el extremo norte, renovando una serie de antiguas bases soviéticas con diseños y equipos modernos.Su región ártica ha sido durante mucho tiempo clave para su sector del petróleo y el gas, pero también para sus defensas nucleares.