Las nuevas reglas endurecen los estándares de emisionesU
El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado este miércoles nuevas medidas para reducir las emisiones contaminantes del transporte, con el objetivo de que para el año 2032 el 67% de los coches y el 46% de las furgonetas vendidos en el país sean eléctricos.
En la práctica, las nuevas reglas dificultarán la producción de vehículos de gasolina e impulsarán la venta de automóviles eléctricos, una de las grandes apuestas de Biden para combatir la crisis climática, según han explicado a la prensa altos funcionarios de la Administración. En agosto de 2021, Biden ya anunció medidas para que en 2023 el 50% de todos los vehículos vendidos en el país fueran eléctricos.
Ahora el Ejecutivo ha decidido ir más lejos y endurecer los estándares de emisiones porque cree que es posible conseguir mayores avances, ya que la propia industria automovilística ha aumentado sus inversiones en vehículos eléctricos durante los últimos años. De hecho, la venta de vehículos eléctricos se ha triplicado y el número de modelos disponibles se ha duplicado desde que Biden llegó a la Casa Blanca en enero de 2021, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés). Además, ya hay unos 130.000 cargadores eléctricos públicos en las carreteras del país, un incremento del 40% con respeto a 2020.
Durante una llamada con la prensa, el administrador de la EPA, Michael Regan, ha descrito los nuevos estándares como “los más duros” fijados jamás por el Gobierno federal para reducir las emisiones del transporte y reconoció que las nuevas metas son “ambiciosas” pero factibles. Además, ha asegurado que el Gobierno tiene previsto seguir conversando con los fabricantes de automóviles para favorecer la transición a los modelos eléctricos. De momento, la industria automovilística ha reaccionado con cautela a la propuesta de la Administración, que aún podría sufrir modificaciones antes de entrar en vigor.
En concreto, John Bozzella, el director ejecutivo de la Alianza por la Innovación en Automóviles, una asociación empresarial que incluye a Ford, General Motors (GM) y otros fabricantes, ha considerado que las nuevas reglas son “agresivas desde cualquier punto de vista” y ha argumentado que cumplir los objetivos fijados dependerá, en buena medida, de los incentivos que se den para la compra de vehículos eléctricos. “La pregunta no es si esto se puede hacer, sino cómo de rápido, y la rapidez dependerá casi exclusivamente de que estén en funcionamiento las políticas correctas y de que haya las condiciones de mercado adecuadas para lograr esos objetivos”, se lee en un comunicado.
