SpaceX ha confirmado que este viernes, 28 de febrero, será la fecha objetivo para el octavo vuelo de prueba del Starship, el cohete más poderoso jamás construido. Este anuncio llega un día después de que el CEO de SpaceX, Elon Musk, revelase en sus redes sociales que el Starship “volará el viernes”. Este evento marca otro paso más en el desarrollo de esta nave, diseñada para llevar tanto carga como tripulación a la Luna -y, potencialmente, a Marte en un futuro no muy lejano-.
El Starship de SpaceX no es un cohete convencional. Con una altura de aproximadamente 120 metros y capacidad para transportar hasta 100 toneladas métricas de carga, este vehículo espacial está diseñado para ser reutilizable. Su primera etapa, conocida como Super Heavy, está equipada con 33 motores Raptor, que generan un empuje colosal para llevar la nave fuera de la atmósfera terrestre.
Eso sí, el camino hasta conseguir algo efectivo a la vez que seguro no está siendo sencillo, como era de esperar. Durante el séptimo vuelo de prueba en enero, el Starship experimentó un fallo catastrófico después de separarse exitosamente del Super Heavy. La nave se desintegró sobre el Caribe debido a vibraciones inesperadas durante el vuelo, lo que provocó fugas de combustible e incendios que finalmente le llevaron a su destrucción. SpaceX ha completado una investigación exhaustiva sobre este incidente y ha implementado mejoras significativas para garantizar que el octavo vuelo sea más exitoso.
Este busca demostrar la capacidad de la nave para alcanzar el espacio, a la vez que se busca cumplir con varios objetivos técnicos que no se lograron en misiones anteriores. Entre estos destaca el primer despliegue de carga útil del Starship, que consistirá en cuatro simuladores de satélites Starlink. Estos tienen un tamaño y peso similar a los satélites de próxima generación de la constelación, lo que permitirá a SpaceX evaluar cómo la nave maneja la liberación de cargas útiles en órbita.
Otra clave de esta misión será el intento de capturar el booster Super Heavy utilizando los brazos mecánicos de la torre de lanzamiento. Esta maniobra, conocida como “catch”, ya ha sido lograda en los vuelos de prueba cinco y siete, y representa un avance significativo en la reutilización de cohetes. Si SpaceX logra repetir este éxito, estará un paso más cerca de hacer que los lanzamientos espaciales sean tan rutinarios como los vuelos comerciales. Además, se llevarán a cabo varios experimentos destinados a habilitar el regreso de la etapa superior al sitio de lanzamiento.
Para este octavo vuelo, el mencionado booster Super Heavy ha recibido una serie de actualizaciones importantes. Entre ellas, se incluyen aviónica mejorada, una computadora de vuelo más potente, una distribución mejorada de energía y redes, y baterías inteligentes integradas. Estas mejoras no solo aumentan la confiabilidad del cohete, sino que también permiten una mayor precisión en las maniobras de vuelo y aterrizaje.
